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MENTALIDAD DE CRECIMIENTO Y PROSPERIDAD

Félix Miranda Quesada

MENTALIDAD DE PROSPERIDAD Y CRECIMIENTO VERSUS MENTALIDAD CONFORMISTA
Mentalidad de Crecimiento y Mentalidad Fija

De acuerdo con algunos especialistas y estudiosos de la mente humana, hay dos tipos de mentalidad que podemos cultivar: una que ve los problemas como oportunidades para aprender y otra que los evita a menudo por miedo a fallar; quienes evitan los conflictos pueden describirse como personas con una mentalidad fija. Por su parte, las personas que ven los problemas como desafíos interesantes, tienen una mentalidad de crecimiento; pero pueden ocurrir cambios en la mentalidad de las personas. Algunas personas se aferran a una mentalidad fija porque creen que las cualidades básicas como la inteligencia o los talentos son características fijas y que su éxito es determinado por estos rasgos y con mucha frecuencia los asocian con sus logros pasados.

Mientras tanto, las personas con una mentalidad de crecimiento, suelen pensar que pueden desarrollar nuevas habilidades a través del estudio y de la práctica. Con esta visión se crea un amor por el aprendizaje, crecimiento y desarrollo personal que tienen en común grandes líderes y personas de mucho éxito. Las personas con esta mentalidad hacen de la vida de quienes la poseen, una existencia emocionante, con infinitas oportunidades para descubrir cosas nuevas, avanzar y crecer. El concepto de “Mentalidad de Crecimiento” fue acuñado por la Dra. Carol Dweck, Profesora de psicología e investigadora en la Universidad de Stanford. La Dra. Dweck aconseja a los líderes, maestros y padres intentarlo con este tipo de mentalidad. Dweck explica “que no son solo nuestras habilidades y talentos los que nos traen el éxito, sino, si los abordamos con una mentalidad fija o una de crecimiento”.

Mentalidad de Crecimiento
Una Mentalidad de Crecimiento ayuda a vencer los obstáculos que se presentan

Por ejemplo, los maestros deberían aplaudir a sus estudiantes por sus logros, por ser estudiosos y por su buen comportamiento; Los padres, a la vez, deberían alentar a sus hijos a desarrollar cualquier habilidad nueva que les interese. Lo anterior con el propósito de motivar el crecimiento y el aprendizaje de nuevas habilidades; y algo muy importante en el ensanchamiento de la mente, hacia una mentalidad de crecimiento, es estimular a desarrollar la habilidad de aprender, lo que también los ayudará a hacer un cambio en su mente. Esto es aplicable a los diferentes entornos sociales del ser humano y en cualquier etapa de su vida.

En la vida cotidiana, podemos notar la diferencia entre los dos tipos de mentalidad, tanto en personas muy jóvenes como en personas adultas. Algunos evaden cualquier actividad que implique un desafío y que contenga algún riesgo, a veces cosas muy sencillas les inspiran temor o, incluso, vergüenza; en tanto para otros, cualquier actividad que signifique un desafío con riesgos incluidos, y que pueda hacerlos crecer y desarrollarse en algún área de su vida, les emociona y la enfrentan con mucha determinación. Saben que fallar es parte del aprendizaje y si se esfuerzan, al final el premio será muy grande; en el caso anterior, la recompensa y el crecimiento, parecen no tener mucha importancia y por eso, la sola invitación a llevar a cabo cierta actividad puede causar enojo y reproche. Una persona con una mentalidad de crecimiento sabe que está expuesta a las críticas constructivas y entiende que no es ella en sí la que está siendo evaluada sino los resultados de su trabajo.

Ante este panorama, las empresas modernas buscan empleados con una mentalidad de crecimiento, por su habilidad para resolver problemas y su persistencia a pesar de los obstáculos. Es ahí donde nace la disyuntiva sobre si los gerentes nacen o si la capacidad de gestión es una habilidad que se aprende; y sobre esto, los contratantes y entrevistadores podrían estar interesados en saber que piensan los aspirantes a un puesto en sus empresas.

En nuestra búsqueda de información para este artículo, se encontró que de acuerdo con estudios realizados, los gemelos adoptados tienden a tener una mayor inteligencia en comparación con sus hermanos que se quedaron con sus padres biológicos. La diferencia parece provenir de los niveles educativos, generalmente más altos, de los padres adoptivos y demuestra que la crianza es más importante que la parte biológica. Es así como, un simple cambio en la forma en que una persona ve una situación puede significar un mundo de diferencia en la parte mental. Y no sólo es el resultado de eso, es también el resultado del lugar de esa persona en la vida y de su determinación. Tal vez conozca una expresión que se le atribuye al Poeta Samuel Beckett (Q.E.P.D): “Lo intentaste. Fracasaste. Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor”. Fracasar mejor podría sonar un tanto pesimista o, tal vez, simplista; sin embargo, la idea intrínseca es que, es posible hacer un cambio permanente de una mentalidad fija a una mentalidad de crecimiento.


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